El taburete cojo

Es cuando el taburete se queda cojo cuando probamos su durabilidad y firmeza. Si es de buena calidad se arreglará aún con sacrificio de tiempo y material. Si no es así tal vez sea apartado y deje de utilizarse. Cuando nosotros quedamos cojos porque perdemos algo, que puede ser trabajo, salud, relaciones, bienes materiales o espirituales... Es entonces cuando se prueba la firmeza de nuestra fe y de nuestro abandono y confianza en Dios. Y el Espíritu Santo puede seguir transformándonos. Así sea.