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Mostrando entradas de julio, 2021

Jesús, tú eres el mar donde flotan mis incertidumbres

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Jesús, tú eres el mar,  la calma, el sosiego, el control. Me dices ¿por qué te alteras, es que no voy yo contigo en la barca? Jesús, yo me descontrolo,  pierdo la calma, y empiezo a luchar.  A luchar contra el viento,  contra el agua,  y ¡claro!,  no puedo nada. Jesús, quiero dejar de agitar los brazos, de contener la respiración, de cerrar los ojos.  Quiero dejarme caer,  flotar, disfrutar del viento, del agua, del sol. Tengo miedo,  pero puedo disfrutar,  porque Tú vas conmigo en la barca. Jesús, te quiero,  me quieres. Amén.    

La conversación

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  Jesús, hay algo que me sanaría completamente, una conversación contigo, con el único que me mira de verdad, el que me escucha completamente y me conoce. Ser mirada por ti, tener tu atención, poder expresarme, llorar y tocarte. Y, sobre todo, por primera vez, ser entendida plenamente.   Jesús, una conversación, contigo, eso me sanaría completamente.

Perdida en el camino

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Jesús he perdido el camino, tus huellas ya no están, el paisaje ha cambiado y me siento como una niña indefensa. Jesús, tengo miedo, porque ya no veo tu túnica blanca, me siento sola.   Miro cada rostro buscando el tuyo, escucho cada sonido intentando reconocer tu voz. Estoy como un cervatillo agazapado, esperando que vuelvas, Jesús. Pero sé que tengo que echar a andar y no seguir agazapada. Y tú me dices “Todo es posible para el que cree”, y yo te digo “Ayuda mi incredulidad Jesús”. 

La sintonía de Dios

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Estamos aquí para entonar la música del cielo, para sintonizar con nuestros receptores de señal la frecuencia con la que Dios emite desde el cielo la sintonia del Amor. Nos pasamos la vida tratando de entender esas señales, mientras los niños las pueden captar espontáneamente, sin esfuerzo, gracias a la pureza de su corazón intacto. Los niños tratan de encontrar esa sintonía desde su concepción, y a partir también de su nacimiento, entre los padres y hermanos y profesores, y otros familiares, y muchas veces, no la encuentran. A veces sí. Pero en su interior la inquietud de sintonizar con ese Amor les empuja a buscarlo, no sin frustraciones muchas veces Esa inquietud no cesa hasta que al fin se encuentran con el Amado, el Ser que ellos sabían que existe desde siempre y que les atrajo desde siempre. Javier