El soplo de la Vida

  Si Él ve que una y otra vez te niegas a su acción y desconfías. Si siempre que las cosas se ponen difíciles te enfadas como un niño malcriado y le das la espalda. Si pides cuentas, tú qué lo ha recibido todo. Si no te abres a la gracia del Espíritu una y otra vez...tal vez Él tire la toalla contigo, aunque te ame. Te salvará sí pero no llegarás al lugar que Él te tenía destinado. Tendrás una vida mediocre y sin sobresaltos. No te entregarás a su Amor. Estarás triste aunque rías.  Piénsalo. 

  Estamos solos.  Como lo estuvo Jesús en los peores momentos. Cuando nacemos, cuando morimos, y en cada una de las muertes que acontecen en nuestro peregrinar por esta tierra, estamos solos. Solos en esta tierra pero muy acompañados en el cielo. En este mundo hay mucho egoísmo,  poca empatía y la mayor parte del tiempo cada uno se mira su propio ombligo. Nadie tiene tiempo para mirarte, para escucharte, para recordar tu nombre.  Detrás de todo ese parloteo y actividad incesante no hay mas que humo. SILENCIO