Jesús, el pastor silencioso

    

Querido Jesús soy tu ovejita que tiembla de miedo porque el lobo está cerca,

y no oigo tu silbo amoroso , no te oigo reprender al lobo,

me encuentro sola y rodeada de peligros, Jesús.

Querido Jesús, creo que tu silbo amoroso es silencioso pero potente,

y yo no lo oigo, pero sí lo oye el lobo,

que me sigue de cerca, pero no se atreve a hacerme nada.

Jesús, eres un pastor peculiar, a veces silencioso e invisible.

Y yo soy una oveja ciega, sorda y que no sabe a dónde va,

pero es conducida por el amor.

Tengo miedo Jesús, quiero oir tu silbo,

quiero ver tu figura,

quiero dejarme salvar.

Amén.   

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