Hoy es la Noche,
en la que empieza a contar el tiempo.
Hoy es la Noche,
en la que el Amor muestra su rostro.
Hoy es la Noche,
en la que la muerte pierde la partida.
Hoy es la Noche,
silencio.
Querido Jesús, soy como una lapa que se agarra y se alimenta de Ti, que eres la Roca. A veces, las olas golpean fuertemente y todo lo que siento me induce a despegarme, separarme y alejarme de Ti. Pero ¡no!, ¡me aferro a la FE!, que es lo que impide que me suelte. Señor a veces estar a tu lado implica temblar, verse sacudido, perseguido, pero no me quiero ir porque te amo. Jesús Tú eres la Roca, yo soy la lapa y el pegamento es la fe. ¡Que así sea! Amén.
Querido Jesús, confío en Ti, te lo digo, con la voluntad, con mis palabras temblorosas, con ese sentimiento de miedo e impotencia que me invade. Confío en Ti, aunque mi cuerpo ya sabes que no confía, ni mi psicología, y mis sentimientos no confían para nada ahora mismo. Pero con mi voluntad te digo que confío, porque quiero hacerlo, quiero quererte Jesús sin intereses, sin esperar a que me auxilies a cada momento. Quiero, pero no puedo, aunque sí con tu gracia. Que todo este dolor me abra a recibirla. Amén.
De mi corazón frío, cansado, confuso, oscuro, quiere salir un acto de amor, de entrega, de rendición al Corazón de Jesús. Y este sufrimiento de no poder sentir nada lo uno al dolor de una humanidad que no te conoce. Es una oscuridad no deseada ofrecida por los que eligen estar en ella. Quisiera que de mi saliera un acto de amor intensísimo, pero no sale nada. Tú todo lo suples Jesús. Amén
Comentarios
Publicar un comentario