Javier

 


Veo un niño caminando en un mundo inhóspito,

es una luz entre las tinieblas,

un rayo de amor entre tanto odio.

Veo un niño con el rostro sonriente

que a veces llora

porque no entiende.

Veo un niño que ama, que espera, que se ilusiona,

que quiere ser amado y entendido.

Veo un niño que sabe a quién acudir,

que sabe quién le ama de verdad,

le protege y reconoce.

Ese niño encontró una niña que también buscaba lo mismo.

Aquél que les protegía les unió.

¡¡¡Gracias!!!

Comentarios

Entradas populares de este blog

María

Una palabra tuya basta para sanarme

La gracia de la confianza en Jesús