Los asintomáticos en la vida del espíritu
Jesús, hay almas tan pobres, que los demás las miran con desprecio y no las tienen en cuenta. Cuando entran en una asamblea, no son invitados a ocupar los primeros puestos, y algunas veces son expulsados. Jesús, hay pobres en el espíritu, cuyas palabras no son escuchadas, son mirados desde arriba, y ellos mismos , muchas veces, tampoco se aceptan. No tienen síntomas de ser “muy buenos”, y pasan desapercibidos, pero en su corazón arde un gran amor de Dios, y sin darse cuenta, ni ellos ni los demás, van transmitiendo este amor y calentando un planeta, que se congela por el odio. ¡Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos! Te pido Jesús saber reconocerles, te pido Jesús poder conocerlos, y contaminarme totalmente de su pobreza y de su amor. Amén.