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Mostrando entradas de enero, 2020

La cárcel del Espíritu

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Los prejuicios, el afán de poder, el miedo a perder el control, la soberbia espiritual, el no querer entregarlo todo, el intelectualismo, el espiritualismo, el iluminismo, muchos... ismos, la resistencia a crecer, la falta de formación, los ídolos, la falta de madurez afectiva, el hasta aquí, ... Son los barrotes de la cárcel.

Me quedo

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Te entrego Señor ese espacio de mi vida que desearía llenar con consuelos humanos y espirituales, y cada vez que lo hago, se hace más grande el espacio. Te entrego Señor ese silencio que me asusta escuchar, y cada vez que lo apago se hace más fuerte. Te entrego Señor ese desierto que recorro, esas dudas, esa insatisfacción. No salgo corriendo, me quedo, te lo entrego.

¿Te lo dijo Dios?

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" Yo conocí una persona que, teniendo estas locuciones sucesivas, entre algunas harto verdaderas y sustanciales que formaba del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, había algunas que eran harto herejía. Y espántome yo mucho de lo que pasa en estos tiempos y es que cualquiera alma de por ahí con cuatro maravedís de consideración, si siente algunas locuciones de éstas en algún recogimiento, luego lo bautizan todo por de Dios, y suponen que es así, diciendo: "Díjome Dios"," respondióme Dios"; y no será así, sino que, como habemos dicho, ellos las más veces se lo dicen. Y allende de esto, la gana que tienen de aquello y la afición que de ello tienen en el espíritu, hace que ellos mismos se lo respondan y piensen que Dios se lo responde y se lo dice. De donde vienen a dar en grandes desatinos si no tienen en esto mucho freno y el que gobierna estas almas no las impone en la negación de estas maneras de discursos. Porque en ellos más bachillería

Hay algo

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Realmente no podemos corresponder al Amor de Dios más que con su propio Amor si quitamos los obstáculos y lo recibimos. Pero hay algo que sí podemos entregar a Dios, y que de alguna manera, sí nos corresponde sólo a nosotros, y es esto: Una fe ciega, pura, desnuda, que cree que de lo imposible surge lo posible, y de la muerte la vida. Esta fe desarma completamente a Dios, y crece a través de las dificultades y noches oscuras de nuestra vida.

Mi reflexión para el año que empieza

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Jesús te ama, es tu Salvador, no busques la salvación en los hombres, ni en el dinero, ni siquiera en los bienes espirituales, todo puede fallar... Pero Jesús nunca falla, aunque puede que duerma en tu tempestad, es por un motivo. Agárrate fuerte a Jesús, ten esperanza y confianza ciega en Él, siente su mano puesta en ti.  Él nunca te deja. Confía. Ese es mi deseo para este año que comienza.