Mi reflexión para el año que empieza
es tu Salvador,
no busques la salvación en los hombres,
ni en el dinero,
ni siquiera en los bienes espirituales,
todo puede fallar...
Pero Jesús nunca falla,
aunque puede que duerma en tu tempestad,
es por un motivo.
Agárrate fuerte a Jesús,
ten esperanza y confianza ciega en Él,
siente su mano puesta en ti.
Él nunca te deja.
Confía.
Ese es mi deseo para este año que comienza.
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