Dos personas delante de la Cruz
Querido Jesús, delante de tu Cruz quedaron dos personas,
tu madre y tu discípulo Juan.
Y es que al principio cuando la gente te seguía,
lo hacía porque les consolabas y les dabas esperanza,
y también porque creían que de ti sacarían algo,
poder, triunfo, salud, prosperidad.
A tus apóstoles, a tus amigos queridos, les ibas anunciando
la Cruz
poco a poco, querías prepararlos, pero ellos parecían no
entender,
no escuchaban, pensaban en sus cosas.
Y cuando llegó el momento todos te dejaron.
Muchas personas que están hoy en la cruz son también abandonadas.
Y es que, al principio, si te pasa algo malo, los demás
pueden compadecerse,
e incluso escucharte. Pero cuando la cruz se hace más dura, más
incomprensible,
entonces la gente se aleja del que está en la cruz, porque
no lo pueden soportar.
La cruz es escandalosa para los que no nos quieren de verdad.
Pero en nuestra cruz también hay siempre dos personas,
tu madre, nuestra madre y tú querido Jesús.
Gracias.
Amén.
Gracias por esta bella y real reflexión sobre la cruz.
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