Te veo caminando por un tunel muy oscuro


Te veo caminando por un túnel muy oscuro. Antes de que empezara esta pandemia ya estabas en el túnel. Ahora lo único que ocurre es que eres más consciente del túnel, no tienes tantos medios para evadirte. La actividad, aunque hecha de mala gana, te servía para evadirte. Tus buenas obras también. Tus oraciones, tus devociones, todo eso. Y ahora, puedes seguir con todo, aunque de otro modo. Pero algo dentro de ti te dice que afrontes la noche, que no huyas del desierto, que no pierdas esta oportunidad. Tu piel tiene que mudar, déjala caer. Déjate transformar. Es doloroso, acepta, afronta el dolor. Aprovecha la crisis, no huyas.

Te veo caminando por un túnel y jirones de tu piel van cayendo. Cada vez que miras hacia atrás o intentas mirar hacia adelante tropiezas y no puedes avanzar. Todo está oscuro y en la mano llevas una linterna. Esa linterna brilla con una luz intensa, suficiente para alumbrar el camino y llegar a la meta. Lo que pasa es que tu no ves esa luz, porque la Luz de Dios te rodea y la oculta, y es tan fuerte esa Luz que te ciega. Y no ves nada, ni la luz de la linterna, todo son tinieblas para ti. Es igual, no sueltes la linterna que es Jesus Luz del mundo. Él te lleva de la mano, déjale que te lleve. Te lleva hacia una Luz que no conoces y hacia un Amor que nunca has conocido. Y lo puedes tener, aún en este mundo, pero debes tener valor y adentrarte en la oscuridad y caminar a ciegas hasta que El quiera. 

Dile que sí.    

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