En el silencio de la noche viene Jesús
  Querido Jesús,   Tú vienes desnudo e indefenso en el silencio de la noche.   Si no tuvieras a José y a María no podrías sobrevivir.   Desde que viniste a la tierra te pusiste a disposición de los hombres,   para que hicieran contigo lo que quisieran,   amarte y cuidarte o despreciarte y matarte.         Querido Jesús, viniste sin protección, a pecho descubierto,   para morir por nosotros, para salvarnos.   Y ese niño que temblaba de frío y tenía hambre,   solo podía esperar a que alguien le atendiera.   Así también me siento yo muchas veces,   llorando,   con frío, en la noche , muy pobre , y con hambre de Dios.   Esperándote a Ti Jesús, que tan bien me entiendes.   Te espero Jesús.   Amén.  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
